SINCE 11.09
Museo de Artes Visuales
Santiago, Chile, 2007.
SINCE 11.09. es un trabajo que reflexiona sobre diversos aspectos de la memoria y su locación, en el contexto de la historia contemporánea, que fue presentado en la muestra de instalaciones "Haber", curada por el artista visual Carlos Montes de Oca, en el Museo de Artes Visuales. Nuestra obra estuvo constituida por un gran manto que bajaba desde el techo de la sala y se prolongaba en el suelo, conformado por 105 piezas de cuero pirograbadas con la fecha "11.09." y con la palabra "SINCE", más dos grandes fotografías colgadas a sus lados las cuales mostraban nuestros rostros tapados, salvo los ojos, por las mismas piezas de cuero.
De entre todos los acontecimientos ocurridos el 11.09. a lo largo de la historia, los más recientes y cercanos a nuestra realidad actual son el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile, efectuado por los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y el General Director de Carabineros, que derrocaron al gobierno del Presidente Salvador Allende y establecieron una dictadura hasta 1989; y los ataques del 11 de septiembre de 2001 a las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York y al Pentágono de Washington DC, en Estados Unidos, efectuados por el movimiento islámico Al Qaeda que lidera Osama Bin Laden, los que dieron inicio a una guerra político-religiosa que aún se libra.
Hay varias lecturas involucradas en esta obra, empezando por la palabra "SINCE", que en castellano significa "Desde", y que en inglés se pronuncia “sins”, lo que significa a su vez “pecados”. La ausencia del año en la fecha expuesta "11.09." deja abierta la interpretación de los hechos a las que ésta se relaciona, generando una incesante oscilación entre presente y pasado, ausencia y presencia, conciencia, memoria y muerte, víctimas y victimarios. Las inscripciones a fuego sobre la piel muerta de un ser que estuvo vivo quieren activar la memoria y recordar, a partir de una fecha, diversos acontecimientos que han cambiado nuestras vidas desde su ocurrencia.
La secuencia de la palabra SINCE sobre el manto tiene la forma de la cruz latina, evocando diversos problemas religiosos que nos atañen. La cruz latina es el símbolo religioso más popular en la Cristiandad, por más que "cruz" provenga del verbo latino "cruciare", que significa "torturar", y que su uso se refiera al método de ejecución de Jesucristo. Por el contrario, en la Cristiandad la cruz representa la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, lograda precisamente gracias a ella. Esta dualidad muerte-vida que representa la imagen de la cruz la enfatizamos con las imágenes de nuestros ojos, abiertos y cerrados, ubicadas a los costados del manto, una a su izquierda y otra a su derecha.
La izquierda y la derecha no se limitan a ser conceptos de orientación espacial, sino también, al interior del Cristianismo, de nuevo, constituyen alusiones al bien y al mal, como cuando Mateo cita a Jesús diciendo que quienes ubique a su derecha heredarán su reino, mientras los que deje la izquierda irán al fuego eterno. Por cierto, la izquierda y la derecha se refieren también a las orientaciones políticas, donde el bien y el mal cambian de lugar según el observador. Estas confrontaciones político-religiosas las reiteramos visualmente con nuestros rostros censurados, dejando asomar apenas los ojos a través de una rajadura unida con alfileres de gancho, que permite ver pero con dificultad. Con ello evocamos la burka, aquel tocado tradicional usado por las mujeres en los países musulmanes más conservadores. La burka no es un vestido, es un implemento que vela a la mujer de la mirada de los demás, al tiempo que le vela a ella la visión del exterior. En SINCE 11.09. esta connotación nos habla de la dificultad de poder ver con claridad lo que efectivamente sucede en el mundo, pues tanto para unos como para otros el campo visual de sus realidades son de estrecha interpretación.
Por último, debajo de nuestros rostros cubiertos aparecen, respectivamente, las inscripciones "ANYONE" – "EVERYONE" (Ninguno – Todos), reafirmando el hecho de que hoy somos todos víctimas y agresores, cumpliendo por igual ambos roles. Para unos los otros son los agresores, mientras para los otros sucede a la inversa.