SONIDOS DE PARINACOTA
El chinchinero nace en Santiago durante la década de 1920 y es parte de la cultura popular chilena. Son hombres que recorren las calles de la ciudad con un bombo en su espalda, golpeándolo con un par de varas y dos platillos en lo alto que los hace sonar en coordinación con una cuerda que se ata en uno de sus zapatos. En el año 2013 la Unesco lo nombra “Tesoro Humano Vivo”.
Sonidos de Parinacota es un trabajo realizado en la región de Parinacota, límite norte de Chile, que toma como punto de partida la figura del chinchinero. Al ser una región de frontera es un espacio de circulación que va desde la cordillera hasta el mar y que abarca diversidad de clima, vegetación y fauna siendo además uno de los lugares más desérticos del mundo. Como espacio fronterizo existe en esta región una integración multicultural que se manifiesta en la música, la danza y los instrumentos estrechamente ligados entre sí y visibles en fiestas, carnavales y ceremonias. La performance Sonidos de Parinacota surge desde esta característica de sonoridad y movimiento.
Para el viaje a Parinacota la artista fabrica un chinchinero, un arnés de hierro a la medida de su espalda desde el cual se sostiene una columna de gran altura sobre la cual se disponen los platillos atados a una cuerda que se amarra a sus zapatos. Cada uno de los pasos que Aninat da en la región se traduce en un golpe de platillos que articula un sonido ruidoso y de alarma en un espacio fronterizo donde la movilidad es parte de la identidad territorial.
La performance surge desde el movimiento y el cuerpo permite exteriorizarlo y otorgar, así, una perspectiva visual del hecho sonoro tal como lo hacen las danzas y bailes propios del folklore de Parinacota.